Jean Genet: la conquista del más extremo antihéroe

  • Fue vagabundo, ladrón, presidiario, excluido y, sobre todo, un autor brutal.
  • Jean Genet dio en el centro de la diana cuando decidió hacer de su intensa y compleja existencia la mejor obra literaria que podía legar.
El escritor Jean Genet, fotografiado el 19 de diciembre de 1983, en el Hotel Imperial de Viena.
El escritor Jean Genet, fotografiado el 19 de diciembre de 1983, en el Hotel Imperial de Viena.
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El escritor Jean Genet, fotografiado el 19 de diciembre de 1983, en el Hotel Imperial de Viena.

Cuando uno tiene una vida como la que tuvo Jean Genet corre el riesgo de convertirse en escritor aunque no estuviera en sus planes. Tanta es la materia novelesca que hay en la existencia de este autor, considerado y reconocido como un clásico, pero también como un incansable delincuente, provocador impenitente y vagabundo. No es de extrañar que su existencia fuera la fuente principal de su literatura.

Y es que desde el principio todo se le complicó al autor de El niño criminal: fue abandonado siendo un bebé de siete meses y de padre desconocido, pasó por el reformatorio (antes de tener edad para ir a prisión, que también iría), vivió amores desgraciados y jamás tuvo casa. Porque Genet siempre residió en hoteles, como si lo de estar de prestado fuera una forma de vida asumida, propia, tal vez incluso querida.

De él, como de todos los grandes mitos, hay enigmas que siguen sin respuesta y que alimentan el interés. Aunque con lo que conocemos basta para despertar la curiosidad de cualquiera, haya leído o no la radical obra de este escritor que se adelantó a su tiempo haciendo de su vida su propia literatura.

Cadena perpetua

Hace poco más de cien años (19 de diciembre de 1910) que este escritor polémico y descarnado, y sobre todo extremo, llegaba a un mundo que no sería ningún paraíso para él, pero que le dio tanto de sí como para que cuatro de las cinco novelas que escribió en esta primera época (en solo cinco años se concentró su actividad novelística: de 1942 a 1947) se inspiraran en su propia vida.

Dos de ellas las creó estando en la cárcel. Algo que explica, al menos en parte, que los excluidos se convirtieran en sus letras en un aparte que rozaba la virtud. El submundo de Genet nutrió su escritura y logró con ello una obra alejada de toda convención y muy próxima a la máxima rebeldía.

A los diez años le cayó la primera condena, fue por robo, y en 1943, el asunto se recrudeció: lo condenaron a cadena perpetua. Estando en prisión sentenciado para el resto de sus días, llenó sus escritos de su vida como preso y como homosexual. Sartre (que escribió la biografía San Genet, comediante y mártir), Jean Cocteau y Picasso pidieron su indulto, y este llegó en 1948, pero no significó el fin de sus estancias en prisión: aún le quedaban meses allí, por atentado contra el pudor y por pornografía.

Leyendo cuatro de las cinco novelas que escribió este autor, del que muchos han resaltado su poderosa inteligencia, concretamente Santa María de las Flores, Milagro de la rosa, Diario del ladrón y Pompas fúnebres, accedemos directamente a su vida: la complicada niñez y el reformatorio, su vida de vagabundo, sus terribles experiencias, sus contradicciones... Solo la novela Querelle de Brest se sale de este patrón.

También de prisión procede el poemario El condenado a muerte y también aquí volvemos a su biografía y a esos personajes en defensa del que era su mundo entonces, el de los socialmente apartados. Muchas de sus obras fueron motivo de polémica y escándalo: las provocaciones de Genet lograban el pretendido objetivo.

Tras sus cinco novelas, le llegó el teatro. Todo su afán creativo, su genio revulsivo, sus ganas de crear polémica se volcaron en obras como Las criadas, Los negros o El balcón. Después Genet apenas escribiría, fueron tiempos distintos para él, que se solidarizó con distintos movimientos, como la causa palestina o los Panteras Negras.

El último Genet

Hubo una novela más, la que cerró toda su obra: Un cautivo enamorado, cuyo germen lo encontró, sin buscarlo (hacía muchos años que no escribía novela), durante su entrada en el campamento de Chatila, en el Líbano, tras la matanza de septiembre de 1982.

Lo que allí vio: los cuerpos sin vida de niños, mujeres y ancianos desembocaron primero en el reportaje Cuatro horas en Chatila, recogido primero en El enemigo declarado, y en la citada novela después. Fueron las últimas palabras escritas del genio sorprendente y capaz de elevar a excelencia lo peor de los antihéroes.

Y como uno de ellos murió, presa de un cáncer de garganta, en la habitación de un poco noble hotel de París, la misma ciudad que lo había visto nacer. Era el 15 de abril del 1986, tenía 76 años, y nos dejaba como legado una obra que hoy sigue llenando teatros.

Celebrando el centenario

Coincidiendo con el centenario del nacimiento de Genet, en España se ha traducido por primera vez la recopilación de artículos y entrevistas que se hizo tras su muerte: El enemigo declarado (Errata Naturae). También se han reeditado dos de sus obras más conocidas, Diario del ladrón y Milagro de la rosa (ambas en Errata). Y fuera de España, encontramos la publicación de Ben Jelloun en Francia, Jean Genet, menteur sublime (Gallimard).

Tres citas obligadas para poner los sentidos a tono

Una peli:

Querelle. Fue el último largometraje de Fassbinder, que decidió para su despedida basarse en la novela que Jean Genet escribió en 1947, Querelle de Brest. El poder de seducción de uno de los habituales antihéroes del escritor francés es el pilar fundamental de la historia, que en el cine fue protagonizada por Brad Davis. 14,95 euros.

Un disco:

Best of Bowie. No solo la literatura se ha beneficiado de la intensa vida de Genet, también la música ha encontrado inspiración. Es el caso del tema de Bowie Jean Genie, recogido en este disco recopilatorio de 39 canciones en el que se da un repaso a su carrera desde sus inicios en los sesenta como cantautor, pasando por el pop, el rock, el soul o la electrónica. Emi, 26,50 euros.

Un un libro

Genet en el Raval. Obra nacida de la amistad de Juan Goytisolo con Genet, y en la que accedemos a la vida del escritor francés en su etapa en el Barrio Chino de Barcelona (en los años treinta), y en la que el francés vivió mendigando, robando, prostituyéndose. La obra se cierra con algunas cartas que Genet envió a Goytisolo. Galaxia Gutenberg, 19,50 euros.

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